La chica que quiso ser simplemente ella.

Puede que historias así nunca hayan sido contadas simplemente porque son normales, porque pasan desapercibidas a los ojos desentrenados, a los ojos que no quieren ver más allá de su convicción. Esta puede ser la historia más simple que puedas leer en la vida y, si te parece así, puede que debas de leerlo de nuevo, de que pienses que si estás preparado para conocer a las personas como son y no como aparentan, ya que, si lo piensas, nunca llegas a conocer a alguien por muchos conocimientos que tengas sobre ella, ¿cómo conocerás a esa persona con 15 minutos de lectura? Las personas son como una saga de libros, puedes leerte el primero y el segundo, algún día encontrarás el tercero y te contarán por ahí que se está escribiendo un cuarto. Y el final llegará cuando esa persona desaparezca.

Imagínate en un mundo en el que eres invisible, ya que estarás en los lugares donde no has estado nunca y nadie puede verte, así que podrás caminar y andar al lado de la persona de la que voy a hablar. Siéntete libre de acercarte, de observar y de definir cualquier detalle.

Es mi ideal, es mi sueño y es mi imaginación, llámalo como quieras porque a mi me quita el sueño y me lo da cuando estoy despierto. Ella es la persona que quiere vivir por donde sólo se puede dormir, por aquellos campos de tierra donde se permite imaginar cualquier linea o trazo que forme cualquiera de sus sonrisas. Ella simplemente utiliza su dedo índice en forma de pincel para decir que quiere tumbarse, quiere refrescarse y quieren pintar las mejores escenas con tinta volátil. Que sean pocos los que disfruten de su arte, de la colección primavera fría-eterno verano de los sueños efímeros.

Ser ella misma. Ser única. No tener vergüenza, no seguir los estándares que quieren imponer. Que disfrute de la vida, que sonría sin que nadie se lo pida, que grite cuando nadie se lo espere, que salte cuando pidan sentarse, que corra por la orilla porque los paseos son para compartir y andar no es una opción. Que coja cuchara aún no siendo necesaria. Que sea feliz… Aunque la felicidad no exista en ese momento…

Que amar sea primordial y neutral. Que ella decida a quién tener en sus brazos, que ella decida quien es el príncipe, rey o bufón real que llega en su corcel blanco o en motocicleta para rescatarla del dragón malo o llevarle de cervezas. Amar a quien quiera, merezca y otorgue el permiso de nacer cada mañana al lado de su sonrisa. Que ‘imposible’ no entre en su vocabulario y el ‘olvido’ sea un apellido y no un concepto. Que desee sacrificar la piel de su compañero, que quiera quemar caminos temerosos por su espalda, que grabe a fuego vivo las palabras que todos queremos vivir:

‘Los cuentos de hadas existen pero nosotros somos reales. Aquí yacerán las ansias de encontrar a alguien que nos llene porque hemos desbordado el vaso de tanto darnos, de tanto apreciarnos y de tanto rozarnos. Salven nuestras almas porque será lo único que no podamos desgastar en todo el tiempo que queramos vivir enlazados. Y, que por favor, no llamen al timbre, hoy no estamos para nadie.’

No quiero decir nada de sus soñares, de sus pecas o de sus lunares. Ella ya ha sido creada, estará por ahí, correteando libremente por todas las brisas conocidas. Puede que esté bailando en una pastelería, gritando que el más dulce del lugar es ella y nadie le va a negar esa afirmación. Puede que este sonriendo a sus conocidos, puede que les esté regalando un poquito de la felicidad que existe.

Puede que simplemente esté mirando al cielo… y yo soñando con ella.

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