Canciones [5 de 7]: Siempre.

3 de la mañana, otra vez estoy aquí. Os observo cómo os vais a la cama, vigilo que no dejéis las puertas abiertas. Recojo y ahuyento todo lo que pueda acercarse a vosotros, protección contra invisibles. Porque como un justiciero nocturno, os miro atentamente de los sitios más altos, con más visión y con más nocturnidad. Respiro el aire fresco, casi mortal; como café para mi cuerpo.

Otra vez se ha dejado la luz del patio encendida.

He estado aquí desde siempre. Nunca he visto otra alma rondando estos lugares. Me he llegado a preguntar si tengo el título de “errante único” en mi residencia. ¿Todo el mundo se oculta cuando necesita aire? ¿Soy el único que pasea sin rumbo y busca los mejores sitios para los peores momentos? Debo de ser especial, por no llamarme extraño, no entra en mi forma.

Pobre perro solitario y encadenado en aquel cortijo vacío.

Hay algo que he hecho cada vez que lo necesitaba. Da igual el peso o lo que cueste, no me importa mi integridad física: todos mis instrumentos han subido a lo más alto de la cordillera y a lo más bajo del nivel del mar. He necesitado contarle la historia a este público desconectado. Siempre me han escuchado sin rechistar, siempre han pedido un bis. Y es que os debo todo lo que tengo por llevarme hasta aquí, a pesar de que no sabéis quién soy.

Un ciclista recorre la carretera secundaria del pueblo con la luz del móvil como rumbo.

A veces pienso si todo mi esfuerzo por querer transmitir algo a través de mis instrumentos es lo suficientemente bueno para que se entienda. Intento mejorar cada día; cada hora y cada minuto que paso en mi habitación. Cortes en las manos, ampollas de guerra y cansancio visual. Siempre esforzándome al máximo, a pesar de que mi fisiología no me haya brindado de lo que siempre he ansiado. Me quejaré de que nunca he dado todo mi esfuerzo por transmitir el mensaje hasta más allá de estas cuatro paredes. Y si he hecho algo ha sido por lanzar un dado a la aventura, arriesgarse para vivir un poco más o para recibir cuatro palabras tontas.

Alguien vuelve a su casa desde el bar que siempre ha estado abierto en fiestas.

Necesito crear y creer un sueño. Sueño que me diga y me abrace. Algo que me diga que esto no ha sido en vano. Todas esas horas de sufrimiento y esos minutos de gloria con los ojos cerrados. Todas esas risas y gritos desafinando melodías definidas y desarmando muebles para ganar un espacio que ya era gigantesco. Ojalá alguien compartiendo esta habitación con este pensamiento. Siempre he soñado saltar con la idea en la mente y saber que hay alguien que piensa lo mismo con su propia historia y su propio medio.

Ha cerrado la última tienda para hacer compras intempestivas.

Por mucho que sueñe, no lo consigo. Sólo lo recreo y es en un lugar distinto. Viento y agua, siempre. Y el nivel llegando a taponar los oídos cada 19,5 segundos. El romper de las olas siempre ha sido mi instrumento rítmico favorito. Controla de tiempos, funciona sin amplificador y siempre tiene el riff perfecto para deslumbrar. Dicen que se ha vuelto indie, pero ya nadie sabe lo que significa la palabra. Y menos un elemento inerte. ¿No tendrás un contacto fiable que quiera formar un conjunto, no?

Ya se va la última persona en pie de estos lugares.

Eso se dijo.

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