Canciones [4 de 7]: Cómo se vuela.

A veces, lo más básico es lo más difícil. Te dicen que te levantes, pero no tienes fuerzas en los pies para mantenerte, no hay suficiente presión en los brazos que levante todo tu cuerpo. Dicen que hay que seguir adelante aún habiendo tres direcciones más. Hay que luchar cuando uno lo que de verdad necesita es descansar. Hay que hidratarse porque es beneficioso pero el elemento base y fundamental para esto no es el mejor en su función. Hay que labrarse un futuro porque el presente ya ha malgastado un pasado irrecuperable. Tenemos que ducharnos para estar en paz con nuestro cuerpo y nos recomiendan no hacerlo mucho porque es malo para nuestra piel.

No nos ponemos de acuerdo.

Ni siquiera estas palabras tienen sentido; no lo encuentro, tampoco lo busco. Solo sé que estoy nervioso. Tan simple, tan normal si fuera solo por un breve espacio de tiempo pasajero. No. Estoy nervioso en todos los minutos de los que quieren limitar el día. Ya no me pongo de acuerdo conmigo mismo. Ya no sé quién soy porque veo doble en el espejo. Agita la lata y explotará; agita una persona y perderá el rumbo. Ahora vivo en una conversación perdida en mi inmersión intranquila. Quiere hablar pero calla. Es muy yo.

Es sincero.
Me uno a él.
Dosifiquemos las palabras.
Hablemos de postres.
Soñemos con pinturas cuatrocentristas.
Inventemos un balancín con ruedas.
Nos miráis como si nos abucheaseis.
Ansié teneros tan atentos.
Ha sobrado bizcocho.
¿Te has dado cuenta o sigues viviendo en el noveno B?

Mi ataque de nervios no lo puedo controlar. He querido contar hasta 9 y me equivoqué en el último. ¿O no me equivoqué? No lo sé. Juro que no lo sé. No distingo entre realidad y ficción. Estas palabras son el último resquicio de salud mental. Escribo por escribir o hablo por necesidad. ¿Quién sabe? ¿Son de verdad todos los hormigueos que existen por mi cuerpo? ¿Es de verdad la sensación que querer rozar con miles de cuchillos los caminos de mi piel? Preguntas que me hago a mi mismo. Cosa increíble cuando ya sabes la respuesta antes de formularlas. No existen. No. Sólo estoy nervioso. Nervioso.

Hoy me han hecho hablar y he brillado en lo que se me da bien. Mentir. Mentir a todo el mundo de que soy un experto en el tema. El mejor truco que te puede dar este mentiroso es que cojas tu “verdad” y lo conviertas en verdad. Cuanto más te lo creas tú, más verdadero parecerá a los oídos necios de la sociedad. Es así. 17 minutos de puro titiritero. He movido los hilos, he bailado con la mentira y avanzo un poco más. Nadie se ha dado cuenta, me felicitan. Me felicitan…

No empujéis a los animales al matadero. No aplaudáis las malas acciones.

Son demasiadas las noches en las que no duermo. Y pocas las que he podido despertarme roncando. Tengo espacio para girarme pero me quedo buscando el final de una cama, de una posición, de un fin. Dormir es de sanos cuando uno está sano. Descansar es de cuerdos cuando a uno le han dado cuerda. Recuperar fuerzas es la fuerza del día siguiente lo que llama. Pero… ¿llama? ¿arde? ¿quema? ¿se extiende? Cubre la cama, si. Cubre la necesidad, si. Pero no pasan las horas como debería. No deberías pensar todos los minutos que estás sin dormir.

Pero soy así. Miento. Estoy así. 100 pulsaciones por minuto. ¿Mintiendo? No. Sufriendo. Esto tiene que ser un límite o tenerlo, al menos. No se puede vivir eternamente doblando la mente. Y si se puede… y si se debe… que así sea. Mi propia compañía ayuda pero no soluciona.

Estoy perdiendo la cabeza, ¿no? Miento. De nuevo, sonrío mintiendo. Viendo cómo estos caracteres cobran vida en la oscuridad de mi habitación. ¿Miento esta vez? Qué mas da… Si agitas la cabeza muy rápidamente de izquierda a derecha, verás este texto doble. Verdad y mentira.

No tiene sentido esta canción. A lo mejor si. A lo mejor tenía razón cuando me dijo que había bebido demasiado. O puede que haya pasado a cosas más duras.

Por favor, que pase el siguiente. Prepare su presentación y esté listo para cuando sea necesario comenzar.

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