Escúchame.

Otro relato más, llevo unos días con unas ganas inmensas de escribir y he escrito, pero mis superiores, mis jefes me prohíben hablar de esos temas y no soy el dueño completo de mis pensamientos, todavía. Estoy enfermo, llevo un día completamente casi muerto, haciendo mi rutina diaria y como si tuviera un peso enorme en la espalda, con sueño y sin fuerzas. Dando vueltas en mi cama, pensando sólo cosas malas, sin poder dar más importancia al descanso que al pensamiento. Y como la imaginación viene sola, he visto de nuevo una imagen, a la que quiero convertir en texto. Puede que sea el siguiente relato de Mírame. Háblame. Escúchame. Todavía no lo sé. Deseadme suerte. (Si no tiene como título Háblame o Escúchame, no ha habido suerte). Os quiero, gente. Aunque no os conozca, os deseo lo mejor y espero que disfrutéis.

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Mírame.

-Twenty-five with sixty, sir. [-Veinticinco con sesenta, señor.]

Escuché a la lejanía, como en una habitación cerrada. Me quedé dormida y… ¡Recordé que estaba en un taxi! Me recosté poco a poco sin llegar a abrir los ojos, todavía estaba somnolienta, muy cansada. Noté movimiento a la izquierda de mi cara. Era él sacando la cartera para pagar al taxista. Me encantaba el perfume que llevaba, me dejaba patidifusa soñando miles de cosas que mi mente no podía dibujar.
Seguía hablando con el taxista, ¿habíamos llegado ya? Escuchaba frases pero con el sueño no entendía nada. Entraban y salían las palabras en mi cabeza sin llegar a procesarlas.

-Keep the change. Good night. [-Quédate el cambio. Buenas noches.]
-Thanks, sir. [-Gracias, señor.]

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