Es imposible no contarlo. [+18]

ATENCIÓN: Si eres menor de edad, te aconsejo no leer esto, ya que podría darte una mala definición de lo que son los actos sexuales, debes de saber que esto lo tienes que leer bajo tu responsabilidad y no realizar o intentar estas cosas a tu edad. Espera a alguien especial. 🙂

———————————————————————————–

Es imposible no contarlo. Era un día normal entre semana, me disponía a estudiar un tiempo antes de almorzar, por aprovechar el tiempo. Todo transcurría normal, era una mañana tranquila, soleada, las cortinas se balanceaban lentamente con una pequeña brisa que entraba de vez en cuando, que daba un fresco olor a un futuro verano. En un momento de motivación a no estudiar. Me fijé, al fondo de la mesa, cómo brillaba cada dos segundos la luz de notificación del móvil. Había recibido un mensaje. Como mi motivación por no estudiar iba en aumento, estiré el brazo para alcanzar el dispositivo y ver quien me daba la excusa perfecta para no estudiar. Era Dulce. Una gran amiga, una gran compañera de confidencias. Pensaba no contestar, no le di mucha importancia, no podía dedicar mucha atención a otras cosas. Insistió. Abrí los mensajes y empecé a leer.
“Hola enano!!”, “Estás en casa??”, “Es que estoy cerca de tu piso y veo la ventana abierta”, “veeeenga, hazme caso” y “:)” fueron los mensajes. Al verme conectado, seguía insistiendo, por lo que salí por la ventana para comprobar si era verdad. Era ella. Allí estaba, con su maravillosa sonrisa, vociferando cosas malsonantes y obscenas para que le dejara entrar y callarse de una vez por todas. Mi motivación iba en aumento: que le den a los estudios.

Leer más

Lo imposible… [Parte 2]

Puede que esto no le guste a todo el mundo, no es mi intención que quiera hacerle gustar a todos, sólo necesitaba expresarme de alguna forma. Preveo que puede ser un texto no apto para todos los públicos así que, por favor, si no tienes la edad legal, abandona este texto. No me gustaría corromper tu mente o darte una idea equivocada.
“La sequedad de nuestras bocas que nos había provocado el ritmo acelerado de  nuestra respiración se había terminado rápido gracias al ritmo que iban cambiando nuestras lenguas. Pero entre tanto aquel frenesí, retiraba su dulce cabeza un poquito para poder rozar sus labios con los míos  para morder aquel  exquisito manjar con la que ella podía hacerme sentir enorme en este mundo. Sus labios temblaban, los míos radiaban de energía, como si se llamaran entre ellos, querían estar juntos, sentir el calor de los labios y no separarse nunca. Los besos tan apasionados, los frenéticos roces, uno detrás de otro, nos hacía parece que íbamos a incendiarnos, a consumirnos en cenizas y renacer como ave Fénix, resurgido para brillar en un cielo oscuro.
Rodeada por mis brazos, la hacia levitar un poco, la levantaba para que no se separara de mi, no quería que se moviera. Ella se apoyaba en mi pecho con los dos brazos. Su forma de agarrarme de la camiseta, forzando a que mi cabeza estuviera a su altura, hacia que me estremeciera. ¡Ah! ¡No podía más! Necesitaba poseer ese cuerpo que gritaba más, que quería que desatara una furia de placer y amenazando que iría a por mi si no lo hiciera… Su poder de hacerme sentir como algo tan agresivo, me hizo estallar… No podía más. Puse una mano por detrás de su cuello y la obligué a tumbarse en mi mano. Dejé todo su cuello al descubierto. Cerró sus ojos, gimiendo un leve sonido, esperando a que volviera a tomar de nuevo el contacto con su piel… Esperaba que fuera rápido, no lo hice. Me miraba con un leve párpado levantado, esperando, observando, preguntándome: ¿qué haces? ¡sigue!. Yo no quería seguir, lo veía claro, eso le gustaba, estaba cada vez llena de más energía. Todo esto conseguido en un segundo, mostré una leve sonrisa y me hundí desde su boca a su cuello…”

Lo imposible… [Parte 1]

Sabía que esto pasaría tarde o temprano. Sabía que ocurriría y no sé por qué pero me alegro, en cierto modo. El deseo carnal me posee. Y no tengo miedo a decirlo. Echo de menos poder estar en contacto extenso a la piel de una mujer. ¿Por qué escribir eso? ¿Por qué expresarlo y que lo sepa todos los lectores de este blog? Porque no me importa. Soy transparente y me gusta expresarme.

Puede que esto no le guste a todo el mundo, no es mi intención que quiera hacerle gustar a todos, sólo necesitaba expresarme de alguna forma. Preveo que puede ser un texto no apto para todos los públicos así que, por favor, si no tienes la edad legal, abandona este texto. No me gustaría corromper tu mente o darte una idea equivocada.

“Ahí estaba. En frente de mi. Con la mirada fija en mis ojos. Podía leer sus ojos. Estaban llenos de fuego intenso, decían poséeme o lárgate, hazme tuya y únenos hasta el fin. Yo sólo podía pensar en ella, no como un deseo carnal, sino como un deseo de posesión y fusión, de crear un ente entre ella y yo y surcar todos los mares celestiales que puedan soñar dos simples mortales… Oh, no podía quitar la mirada de su dulce faz… No podía… Me acerqué a ella, sin pensarlo ni un segundo más, le miré directamente a los ojos y le agarré la barbilla, levantándole un poco la cabeza para que fuera un contacto ocular y directo, observándonos haciendo elevar nuestra respiración a un nivel algo acelerado. Notaba como su corazón empezaba a cantar un dulce compás rítmico activo, mientras que mi corazón estaba a punto de estallar en mi pecho. Su mirada penetraba en lo más hondo de mi corazón. No podía más. Abrí en mi boca una leve apertura para poder susurrar, para poderle decir: tú, yo y nadie más, en esta habitación haré algo que necesito hacerte, quiero poseerte a la vez que tú me posees, quiero que seamos uno y elevemos nuestros cuerpos al punto del placer en el que el amor juega un gran punto a su favor. Sé mía. Déjame ser tuyo.

Provocados por el deseo, ella se mordió el labio y mis cuerdas vocales soltaron un leve gemido… Exploté de pasión. Mis labios necesitaban encontrase con los suyos, era algo inminente. Mi mano de su barbilla pasó a la parte posterior de su cuello para poder controlar su cabeza a mi libre antojo. Hice inclinar su cuello e impacté mis labios con los suyos. Cogió respiración, le cogió por sorpresa. Ella se lanzó contra mi para que la sujetara, necesitaba apoyarse para poder sentir mi cuerpo contra el suyo y poder disfrutar de cada giro de cabeza que dábamos al besarnos, cada toque infernal de pasión entre nuestras lenguas. “