Lenguaje de programación.

Dicen que los fantasmas flotan porque las piernas de su vida terrenal se cansaron de andar. También sé que me encanta empezar estas cosas con “Dicen que…” y se me acaba de ocurrir por pura casualidad. Crear mundos debería de ser un trabajo remunerado. Llevo meses construyendo uno propio y no puedo sacar provecho de él. Ni ayuda ni protege. Ni entra en caos ni genera orden.

Confundes amor con admiración. Utilizada en muchos ámbitos, da razón a muchas acciones equivocadas, a muchas situaciones invertidas de mente-realidad. Sí, hay gente que no distingue, que no permite que las cosas sean ser lo que son y no hacer que el haz de luz ilumine truenos sordos que no ciegos. No diré ‘no sé si me explico’, no lo pretendo. El camino es vuestro.

Haré esto como un cuatro por cuatro, ya sea música, poemas o un partido de cualquier momento de vuestras vidas. Vuelvo una vez más cuando mi mente llega a ese punto en el que el ruido intermitente, suave y molesto empieza a coger la tranquilidad, por no llamarlo respiro. No respiro, esto no es viral, no quiero ser protagonista en vuestras series de televisión.

Ya sea la falta de sueño durante tantos meses, el tic nervioso que me he creado o la falta de atención que creen que tengo, aquí hay un mentiroso porque le permiten estar entre las cuatro paredes de la idea de Schrödinger. Letras grandes para que mantengáis la atención de lo que quiero transmitir, cosa que yo todavía no sé lo que quiero hacer aquí.

No creo que sea lo suficientemente alto como para respirar el aire que tiene la pureza para vivir un día de tranquilidad y envidio mucho a Robison Crusoe. A pesar de tener su apariencia, no tengo lo que él obtuvo con un precio muy elevado. Supongo que la banca ha cobrado el préstamo sin yo haberlo recibido de primeras. Sutil pero sin esencia. Lo intento de nuevo.

Si de cada vez de todas las posibles en las que me he despertado y he hablado conmigo en sueños se hubiera puesto una piedra estratégicamente en algún punto del mundo, creo que habría extinguido a la humanidad. No por voluntad propia, pero sí por esencia de mi yo interior. Algo que no cambia a pesar de los manuscritos mal traducidos.

Digamos que ahora disfruto con lo que antes odiaba. Mi vida dio un vuelco cuando decidí cambiar de futuro por estas cosas y ahora hasta lo incluyo en los títulos de los que jamás he hablado en un texto. Todo tiene que cambiar, salvo las variables, que tienen que ser siempre de la misma calaña. A no ser que lo diga Python, que se cree dueño y señor de tierras inexploradas.

Otra vez. Mi mente está en ese punto tan álgido que he llegado a escribir ‘huelco’ en vez de vuelco en el anterior párrafo. Has ido a mirar donde lo dije, pero ya está corregido. Como casi todo en esta vida, ya está arreglado. Es el destino, creas o no, todo está listo para ser enviado y recibido. No hay nada que puedas hacer porque no quieres hacerlo en el más sentido estelar de tu vida.

Sufro taquicardias por culpa de lo que no bebo. O lo que no quiero tragar. O lo que ya no puedo consumir. Todo sea según donde pongas los labios. Hacer, lo hago… pero me arrepiento y comienzo a bombear sangre, adrenalina y ansias de escapar de sitios abiertos. Sí, prisiones sin paredes. Fijaros que sentido tiene todo. Porque no tiene ninguno. Pero sí.

Voy a lanzar la flecha de siempre. Junio llegará y decidiré volar un poco. Diré que me iré, pero volveré tarde o temprano. Enterraré todo lo que me sujeta a mi silla y empujaré las ruedas para avanzar. Estiraré el cuello como nunca supe que podía estirar y diré aquello de ‘voy a ver hasta dónde llega todo esto’ una vez más, con la esperanza de que salga tan bien como la última vez.

Y me quedo como si nada… He dicho cosas importantes y me nublo mirando qué diré en este bloque… pienso en todo lo que he dicho que nadie ha visto, leído o escuchado. ¿Qué me hizo grabar más de 8 horas hablando? ¿Qué me arregló escribir más de 40 páginas? ¿Por qué me callé tanto para que al final todo el mundo se diera cuenta?

Sería todo más fácil si pudiera conseguir todas las metas o, al menos, comenzarlas. Metiendo todo el esfuerzo en un saco y dándole comienzo al proyecto. Proyectando sombras para que algún ser extraordinario siga los surcos. Surcando viento y marea de esta piscina olímpica. Olímpicamente pasando de todos los segundos que faltan por contar y que no se ordenan.

He de decir que dicho todo no queda. Ni queda tiempo para que uno mismo lo haga. Habiendo algo en medio de todo esto, que lo hagan otros por nosotros. Diré a los aquí presentes que elijan un número del 1 al 5. Serán ellos los que elijan la última de las palabras de este texto que quiere cerrar otro capítulo del libro jamás leído.

Esto es un libro de aventuras, vuelve a la página 18 para continuar.