Perdido en un encuentro.

Ni siquiera la musa se aparece para darle vida a esto. Aburre al escritor y al momento. Ya ha perdido la fuerza o que la fuerza nunca estuvo. Casos posibles de la imposibilidad completa. Con voz grave seguiremos, para dar tono de seriedad. O para parecer que queremos ser escuchados. Se perdió el mundo, porque no estaba firme en el firmamento.

Alma que sabe, no es precisa. No actualiza su criterio, permanece en la lluvia. Algo brilla y quiere saber el qué, aunque no lo pueda ver en con sus ojos, ya que pertenece a ellos. El espejo contará la verdad o, al menos, contará contigo. No fallará porque la física no lo permite. Por mucho que sea destruido, siempre habrá una parte que refleje el sentido que se busca.

El brillo de una lágrima entre miles de gotas. Agua dulce de aguas celestiales, el disfrute del sufrimiento entre inicios de vida, ocultando todos y cada uno de los recuerdos que han pasado por la mente. Levantas la mano al cielo, casi sin estirar, casi sin apuntar, esperando a sujetarte a algo tangible, pero el sujeto no ha sido identificado. La cadena de pruebas jamás fue unida. El caso se cerró por falta de huellas en aquel césped. No hubo nada más que objetar, señoría.

Te derrumbas en charcos, empapados hasta los puntos altos porque los bajos jamás se secaron. Miras la hierba como si de un pentagrama se tratara, intentando buscarte en canciones eternas, efímeras. Tocas como si fueras ciego y el braille fuera la clave de resolver aquel misterio latente, profundo. No habrá sentido para recorrer los senderos ni solución para ponerse en pie.

Levantar la vista a los árboles, pacientes hasta límites insospechables, no tienen prisa porque confían en ti. Si los traicionas de necesidad, no objetaran. Sonreirán. Serán felices de que vuelvas a ponerte en pie, de querer ser eterno y de olvidarte de hibernar en invierno. Jugar en temporada y verano porque la lucha no se olvida, se agradece. Pero todo no funcionará, nada habrá operativo. Todo se queda en el espacio vital arcaico.

¿Y qué queda por hacer entre aquellos percales? Dejaremos que suene el piano en esa ópera tan vacía, brindando voz donde hay eco y creando un ecosistema de vida inexistente. No hay pulso, pero sí hay cualquier concepto. Aquel que pide alma o quiere ser. Pero de intentos está lleno el sudoku y no dan la enhorabuena por completarlo.

Volveremos a cubierto antes de enfermar, el frío ya empieza a calar. A pesar de que todos se curan en la fuente, ésta no se podrá recuperar por si sola. ¿Es el destino que permanezca hasta ser completada o solo tendrá que esperar a ser vaciada? Todos tenemos un mantenimiento programado, ya sea nunca o algún día, es una fecha concertada.

Ya queda esperar a que amaine el ruido del cielo. Queda esperar para entregar algo que te persigue cada día, a pesar de no poder moverse de ninguna forma. Aprenderemos a enmarcar acciones hasta que las emergencias nos hagan romper el cristal de seguridad. Solo ocupa espacio a pesar de no tener límites. Es esa voz de nuevo.

Los llamaremos demonios porque será más fácil decir que son otros los que nos persiguen y, en realidad, son nuestros propios pensamientos. La noche se hace corta, pero siempre consiguen alargar todo lo posible para joder el único momento tranquilo del día. ¿Ha llegado el momento? Ese en el que preguntas si es mejor desaparecer o desconectar. Ya solo quedan siluetas entre la lluvia que no amaina. Atrapados en el mundo libre. ¿Quién iba a decir que aún no he leído ni comprado el siguiente libro?

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