Canciones [7 de 7]: Círculo completo.

Ya está. No queda nada… No queda absolutamente nada dentro de mi. Me queman las yemas de los dedos, no me da para escribir durante mucho más tiempo. La vista empieza a fallarme por A, por B o por C. Tantas horas aquí han sido mortales más que sanadoras. Ha llegado la hora de decir ‘se acabó’. Creo que he llegado a fustigarme todo lo posible, todo lo necesario para que ahora continúe y vuelva al hogar. Descansar y mañana será otro día. Pero sé que esto volverá a ocurrir. Mañana volverá a ser lunes y comenzará de nuevo este círculo vicioso. Este círculo del que no salgo, cual caballo cegado y atado a ese poste que sólo me permite girar y girar. El reloj siempre vuelve al mismo sitio al final del día. Los motores vuelven a apagarse. Los escenarios se desmontan. El mentiroso deja de mentir. El guardabosques vuelve a casa ya que no hay alto riesgo de incendio. Las farolas del pueblo vuelven a desconectar para recargar energía gracias a sus paneles solares. Y uno vuelve a despertarse con la alarma del día con las fuerzas recuperadas de un ligero descanso entre sábanas. Comienza otra vez el círculo. Porque no hay día que no escuche el verbo ‘volver’, ‘reintentar’ o ‘seguir’. No me molestan, los agradezco. Pero ¿por qué por donde quiere el mundo? ¿Por qué obligáis a las almas libres a que sigan entre formas redondas a andar sin sentido? ¿Por qué queréis que sigamos pastando en un camino ya desgastado por nuestro paso donde no hay nada del que alimentarse? ¿Por qué hago estas preguntas que no obtendrán respuesta? Porque sé que no volverán a ser las mismas una vez leídas de nuevo. Otro sentido acabará teniendo. Otro nuevo camino ha sido elegido. Y otro nuevo momento será vivido. Ya no hay vuelta atrás. Todo ha llegado a su fin. Porque el futuro es ahora y ahora es presente. Ya no hay separación de tiempos. Ahora todo se ha unificado para ser una línea continua infinita. Ahora eres parte del círculo completo. No hay escapatoria. No hay salida. No hay ‘hacerse el muerto’ para ‘escapar del oso’.

No lo escucháis, ¿verdad? ¡TRANQUILIDAD! No os hace falta. No lo necesitáis.

Dejadme que os guíe a la relajación suprema del momento. Es como una montaña rusa de la respiración. Cerrad los ojos. Dejad que vuestro se acueste completamente de donde estéis. Tiraros al suelo, destrozad la silla con vuestro peso, gritad al sofá para que se haga esclavo de vuestra figura. Este es vuestro momento. Inspiramos. Sentís como el frío aire entra por vuestra nariz, notáis como os hacéis más ligeros, más grandes, más vivos. Mente en blanco, estamos aquí para olvidarlo todo. Balancearos de lado a lado, notad como todo vuestro cuerpo vive con un simple gesto. Exhalamos. Soltamos todo lo que no queramos tener dentro, fuera todo aquello que nos ha sobrado desde siempre. Es vuestro momento. Vamos a repetirlo, ¿quieres? Inspiramos. Bienvenido de nuevo. Exhalamos. Te estaba esperando. Inspiramos. Has entrado. Exhalamos. Estás dentro de nuevo del círculo. Inspiramos. ¿Recuerdas los verbos? Exhalamos. He cambiado de métodos. Inspiramos. Está todo en tu cabeza. Exhalamos. Jugamos a ser niños. Inspiramos. Porque no sabemos distinguir conceptos. Exhalamos.

Amigo o amiga, no hay escapatoria. Si no lo hago yo, lo hará otra persona o lo harás tú mismo tú misma. Y eso es lo importante, que lo hagas tú mismo o tú misma. Tú eres el o la que sacará tu yo hacia adelante. Tú eres el o la persona que podrá romper esquemas y doblar estos círculos. Convertirlos en infinitos, elipses o cuadrados. Tú decides. Tú lo logras. Tú recibes la recompensa. Es el momento en el que vivirás por encima de las palabras humanas, esas que nunca nos han gustado. Esas que crean barreras para destruir las almas. Esas que sólo sirven para reírse.

No hay día que alguien viva un poco en mi piel, pero nadie se queda a comprender qué ha pasado. Todo el mundo me aconseja lo que debo de hacer y sufren más en un segundo que lo que queda de sus vidas. Piensan que hacen bien, que necesitan saber que todo ha sido por algo imparable, algo que se me escapaba de las manos. Nadie me creía cuando me hacían hablar, pero hablaba. Miraban al reloj calculando la trayectoria, pensando si tienen la solución mágica de sus verbos místicos. Ya estaban dándole vueltas a lo que yo ya tenía un doctorado. No pueden enseñarme más de lo que yo sé, pero si pueden enseñarme lo que yo desconozco.

Os he mentido en el círculo. Ya os advertí que no sería fácil, de que el mentiroso sabe su ‘verdad’ como verdad y no había nada más. En algún momento de este disco giratorio, habéis saltado a otro momento. Si habéis leído cada palabra y no habéis notado algo diferente, es que el salto ha sido realizado con éxito. En su momento, volasteis a un momento crucial del disco. Aquel momento en el que la grabación estaba comenzando y volvisteis de nuevo a la escucha. Para vivir sólo necesitáis estar atentos. Escuchad bien, alto y claro. Implica destrozar el lenguaje y utilizar verbos que son imposibles para ciertos sentidos. Pero se necesitan. No os culpo por no haberos dando cuenta. Yo ya estoy acostumbrado y ni siquiera lo percibo. Si habéis aprendido algo, es el momento de utilizarlo.

¿Mis verbos? Abrazar, besar, calmar, divertir, esperar, facilitar, gustar, hipnotizar, imitar, jugar, kilometrar, masajear, nombrar, observar, pintarrajear, querer, recomponer, sonrosar, tediar, unificar, visualizar… Verbos que se acaban en la lista y me gustaría que acabaran en ‘te’. Porque solo hay un objetivo y no me olvido. Aquí yazgo en mis últimos alientos. Hice todo lo que pude para continuar el disco. Sólo me quedaba que me zarandeen…

Aquí acaba el disco… pero siempre queda mañana para volver a reproducirse.

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