Me he enterado de que esto es un estilo y no una vocación. Pensaba que era un don y sólo es otro pez en un acuario. Se ve la profundidad, pero no el límite. Cristal puro, nadie sale, todo el mundo aplaude. Supongo que no podía ser especial por un tiempo tan grande como una vida o como un invierno eterno en los congeladores. No podía durar más. Y me alegro de que el mundo haga de automático por la vida.
Texto ilusorio
Lenguaje de programación.
Dicen que los fantasmas flotan porque las piernas de su vida terrenal se cansaron de andar. También sé que me encanta empezar estas cosas con “Dicen que…” y se me acaba de ocurrir por pura casualidad. Crear mundos debería de ser un trabajo remunerado. Llevo meses construyendo uno propio y no puedo sacar provecho de él. Ni ayuda ni protege. Ni entra en caos ni genera orden.
Confundes amor con admiración. Utilizada en muchos ámbitos, da razón a muchas acciones equivocadas, a muchas situaciones invertidas de mente-realidad. Sí, hay gente que no distingue, que no permite que las cosas sean ser lo que son y no hacer que el haz de luz ilumine truenos sordos que no ciegos. No diré ‘no sé si me explico’, no lo pretendo. El camino es vuestro.
Canciones [7 de 7]: Círculo completo.
Ya está. No queda nada… No queda absolutamente nada dentro de mi. Me queman las yemas de los dedos, no me da para escribir durante mucho más tiempo. La vista empieza a fallarme por A, por B o por C. Tantas horas aquí han sido mortales más que sanadoras. Ha llegado la hora de decir ‘se acabó’. Creo que he llegado a fustigarme todo lo posible, todo lo necesario para que ahora continúe y vuelva al hogar. Descansar y mañana será otro día. Pero sé que esto volverá a ocurrir. Mañana volverá a ser lunes y comenzará de nuevo este círculo vicioso. Este círculo del que no salgo, cual caballo cegado y atado a ese poste que sólo me permite girar y girar. El reloj siempre vuelve al mismo sitio al final del día. Los motores vuelven a apagarse. Los escenarios se desmontan. El mentiroso deja de mentir. El guardabosques vuelve a casa ya que no hay alto riesgo de incendio. Las farolas del pueblo vuelven a desconectar para recargar energía gracias a sus paneles solares. Y uno vuelve a despertarse con la alarma del día con las fuerzas recuperadas de un ligero descanso entre sábanas. Comienza otra vez el círculo. Porque no hay día que no escuche el verbo ‘volver’, ‘reintentar’ o ‘seguir’. No me molestan, los agradezco. Pero ¿por qué por donde quiere el mundo? ¿Por qué obligáis a las almas libres a que sigan entre formas redondas a andar sin sentido? ¿Por qué queréis que sigamos pastando en un camino ya desgastado por nuestro paso donde no hay nada del que alimentarse? ¿Por qué hago estas preguntas que no obtendrán respuesta? Porque sé que no volverán a ser las mismas una vez leídas de nuevo. Otro sentido acabará teniendo. Otro nuevo camino ha sido elegido. Y otro nuevo momento será vivido. Ya no hay vuelta atrás. Todo ha llegado a su fin. Porque el futuro es ahora y ahora es presente. Ya no hay separación de tiempos. Ahora todo se ha unificado para ser una línea continua infinita. Ahora eres parte del círculo completo. No hay escapatoria. No hay salida. No hay ‘hacerse el muerto’ para ‘escapar del oso’.
Soldado en caja vacía.
A la atención del comandante superior en funciones, he aquí mi informe:
Mi viaje ha concluido. Todo ha salido satisfactorio. Se han realizado las tareas que se me encomendaron. Sin detalles que destacar.
Salvo uno.
La chica que quiso ser simplemente ella.
Puede que historias así nunca hayan sido contadas simplemente porque son normales, porque pasan desapercibidas a los ojos desentrenados, a los ojos que no quieren ver más allá de su convicción. Esta puede ser la historia más simple que puedas leer en la vida y, si te parece así, puede que debas de leerlo de nuevo, de que pienses que si estás preparado para conocer a las personas como son y no como aparentan, ya que, si lo piensas, nunca llegas a conocer a alguien por muchos conocimientos que tengas sobre ella, ¿cómo conocerás a esa persona con 15 minutos de lectura? Las personas son como una saga de libros, puedes leerte el primero y el segundo, algún día encontrarás el tercero y te contarán por ahí que se está escribiendo un cuarto. Y el final llegará cuando esa persona desaparezca.
Taquicardia.
He encontrado este tema por casualidad, mientras leía una novela. Me ha llegado a capturar tanto que he tenido que dejar el libro sólo para prestarle atención. Eso no es tan grave, pensaréis. He dejado el libro en el capítulo final, a una página de acabarlo.
Audrey Hepburn de Nunca Jamás.
La gente no entiende o no quiere aprobar de que la amistad entre hombres y mujeres no existe si no hay un oscuro secreto detrás, tal como ‘uno busca algo más del otro’. Doy fe que esas palabras pueden ser ciertas en ciertas ocasiones. ¿Quién soy yo para afirmar completamente o para negar indudablemente? Nadie. Pero… sí tengo opinión. Claro que yo he vivido la amistad susodicha, claro que he sentido más atracción a otra persona que olvida lo que es ser buscada, o ciega en los movimientos. Pero… yo no soy un hombre, en el concepto que se quiere dar. Yo soy un ente, en un mundo de carne, huesos y líquidos. Y quiero ser un ente porque vivo de esa realidad. No quiero buscar lo que todos encuentran porque yo decido sobre mi mismo. Y cuando digo ‘no’, aquí no encontrarán a un mentiroso, encontrarán la verdad absoluta, tan cierta como lo que captan los ojos.
Sombra.
Tengo miedo a escribir. No por ningún motivo, sólo que tengo miedo. No tengo miedo a decir algo que no sienta, algo que no se debe saber. Sólo tengo miedo a escribir con esta sensación. Nunca lo he hecho, siempre he escrito cuando estaba en diferentes situaciones, por eso escribía bien. Pero creo que debo, creo que tengo ganas de hablar con alguien. O, pensándolo mejor, puede que tenga miedo a volver a escribir después de tanto tiempo. Ni siquiera me acuerdo cuando fue la última vez. Es lo bueno de la vida, el miedo hace ganas por querer vivirla. Y me duele la cabeza, los nervios me atacan el estómago y vivo entumecido. Quizás me esté volviendo loco, aunque dicen que hablar solo estimula y mejora la concentración o solución del problema. ¿Problema? Ja. Dulce.
Sólo eso.
Espera. Ese juego al que nadie quiere jugar nunca. Pero tenemos que hacerlo. Debemos hacerlo. Y lo peor de hacerlo no es que no tengamos ganas, sino que ganamos y perdemos muchas cosas. Pero queremos hacerlo, necesitamos hacerlo. Son nuestras ganas de sufrir por sufrir, de buscar la felicidad en el dolor, en eso que llamamos espera.
En tu jardín de piedra.
Supongo que las palabras se olvidan con el tiempo. Que depende de la época en las que se llevan más adentro, de las que se llevan de la mano o detrás cargadas en tu espalda. Tomamos demasiado en serio las palabras que los simples hombres no saben ni pronunciar o pronuncian donde su significado no es el que deberían de mostrar. A veces, olvidamos lo frágil y erróneos que somos, bajamos la guardia y creemos en dioses que nos llevarán hasta los grandes sueños que nos prometimos alguna vez en la vida, de esos sueños que nos prometimos cuando ni siquiera sabíamos qué significaba ‘prometer’. ¿Qué queremos decir si ni siquiera dominamos nuestra propia lengua?