Mi vida nunca había sido el teatro. Pero siempre había estado presente. Cuanto tuve ya cierta edad, me interesó y me uní poco a poco, luego forzado y, al final, voluntario. Era parte de algo que no me agradaba en todos los sentidos pero siempre quería más. No tiene sentido, lo sé. Era como una débil droga. Como si hubiera alguna ‘débil’…
Verdades completas
Verdades completas: Soledad famélica
Como siempre, texto puro y duro sin pensar, ni callar nada. Son mis pensamientos en crudo. Que nadie se ofenda aunque la verdad duela. Comenzamos.
Verdades completas: vertedero de culpabilidad.
Hace ya que no escribía nada sobre Verdades Completas, si lo sabéis o no, este tema trata de ser sincero, de olvidarme de escribir palabras bonitas y ser un poco egoísta en la vida para dar mi opinión completa sobre cosas o de mi mismo. Otro texto informal, sin nada que señalar, así que no os sintáis ahora que os señalo porque no. Nadie aparecerá aquí. Gracias y el que esté interesado en que un personaje como yo despotrique un rato, ya sabéis, seguid leyendo.
Verdades completas: los mayores errores de mi vida
Bueno, lo pedís, lo hago. Ayer por la noche, bien tarde, dije que me mandara la gente temas de los que podía hablar en Verdades Completas. Hubo una pregunta que me dijo que hablara sobre los mayores errores que he cometido en mi vida y me he arrepentido después. Pero como yo, de los errores, aprendo y no me arrepiento, quiero dejar aquí los tres mayores errores que he cometido en mi vida pero no me arrepiento de ello, ya que de ahí salí adelante y mejoró toda la calidad de vida que tengo actualmente.
Entonces comienzo de atrás en el tiempo en adelante y sólo serán tres porque son los más graves para mi, por su importancia o relevancia en mi vida. Comenzamos:
1. Mente inocente
Hará ya 12 años que estoy en el mundo de la informática, es decir, que llevo con un ordenador desde que tengo 10 años en mi casa. Fruto de la comunión que hice por la iglesia católica recibí un dinero que, con la ayuda de mi padre, decidimos comprar un ordenador para los dos, porque yo, desde pequeñajo, me encantaba todo ese mundo. Se compró y se vió que se me daba bastante bien toda esa movida. Yo disfrutaba con todos los programas, con la música y los juegos. Como una piruleta a un enano. Luego, al año, decidimos poner Internet. Nos decían que había mucha música, imágenes noticias y como que eso queríamos nosotros. Por aquella época era más que un mocoso enganchado jajaja Los chats estaba normales, los que buscaban sexo eran escasos, había gente con la que hablar, disfrutar, compartir música y discutir como monos enjaulados. Una día, apareció una chica. Era la chica que decías que quien la pillara, tendría una suerte increíble. Era unos años mayor que yo, le encantaba todo el mundo otaku (anime, manga, cosplay…), le gustaba el rock nacional (gracias a ella escucho bastantes grupos) y el numetal, confeccionaba ropa, accesorios y muñecos de peluche, dibujaba y lo hacía de maravilla, una manitas con el photoshop (yo estaba empezando por aquella época) y simpática a más no poder. En esa época, que una chica algo mayor que tú te soportara hablando durante horas era raro, muy raro. Pero ella lo hacía, casi todos los días hablábamos durante horas, de toda diversidad de temas, ella me animaba, yo le hacía sonreír y éramos muy buenos amigos. Los años pasaban y yo seguía siendo el chico inocente. Un día de Septiembre, borrando archivos antiguos, descubrí el día que la conocí. Yo hice la coña de que era nuestro aniversario, lo curioso es que me continuo también la broma pero creo que ahí fue cuando la lié. Por aquel entonces, ella tenia novio, sin problemas para mi pero parece que poco a poco pues fue desapareciendo, se notaba, hasta que de un día a otro, desapareció. La veía conectada, no contestaba nunca. Me dolió bastante… Que menos que decir algo o hablar, éramos amigos durante muchos años… Un día después de varias semanas, lo volví a intentar. Le dije nuestro saludo (Se lo decía en su idioma natal) y lo único que recibí era un quien eres? No sé, no te conozco. Todavía no podía creer eso pero lo intenté sólo una vez más en esa misma conversación y me fui como un señor para la edad que tenia. Me despedí, le desee todo lo mejor en su vida y me desconecté.
Me llevaba algo mal con el novio pero dentro de lo que cabe, bien. Mi teoría es que, sin yo saber algo, estaba obsesionado por ella. Claro, yo, a esa edad, pues no me dí cuenta, no sabia ni lo que eran esas cosas… Pues, con esa edad haces las cosas que parecen otras y te mal interpretan. No le guardo rencor alguno. Puede que me pasara en algún momento. ¿Sé algo de ella en la actualidad? Si. Sé que sigue viva y que todavía conserva su maravillosa sonrisa intacta y sus ojos marrones que hipnotizan. Nada más.
2. Mentiras extendidas
Durante toda mi vida, he sido un buen mentiroso, ya sea por ocultar lo malo que me pasaba, ya sea que necesitaba librarme de ciertos problemas o gentuza de mi vista. No me gustaba mentir desde el principio pero fue en tal cantidad que ya lo veía normal, podía hacer lo que quería y conseguía lo que quería, lo que necesitaba solo con las palabras justas. De esto que necesitas mentir para que se fijen en ti o inventar hasta personas para que se fijen y digan que esta persona tiene algo. Empezó con un juego que se me fue de las manos, pensaba que no me iban a ocurrir esas cosas tan rápido. Me eché novia y, al no ser natal de donde vivo, pensaba que esas mentiras no las sabría. Enterradas por mi. Lo que no sabia es que iban a resurgir, es el problema de mentir, todo lo malo, vuelve. Mi pareja en ese momento pues no decía mucho pero se presionaba por esas mentiras, por verdades que no eran nada y, en conjunto, fueron fatales. Ella cada vez fue a más, esas mentiras le obligaban a ella misma a hacer cosas que se creía que yo necesitaba, que yo tenía que sentirlas para estar bien con ella. Cosa que no fue cierto. Nunca le presioné para hacer algo. Estuvimos un año de pareja y cuando ella lo decidió, lo hicimos juntos y de eso estaré orgulloso de ello. Aunque tuve fallos de los que me arrepentiré siempre. Estas mentiras iba cada vez a más, a ella le consumían. Y no podía más, no pude más y se lo dije. Y lo peor de todo?? Que sabia que podía perderla… Y se lo dije. Y lo peor que pudo pasar, comenzó cual requiem de misa. No me cogía el teléfono, no quería hablar conmigo, no quería saber nada de mi. Era normal, tenia Buenas razones… Había sufrido durante mucho… Y yo, mirando, sin decir nada. Me merecía todo aquel dolor y pánico que podía dar. Lo pasé fatal durante días. No fue fácil cambiar mi naturaleza pero fue paso a paso. Gracias a lo que fuera o fuese, quiso volver a hablar conmigo. No me lo podía no creer. No estaba libre de culpa pero fue una pequeña brisa de esperanza. Quería hablar conmigo. Y vino a mi casa. Y estuvimos hablando una o dos horas, le dije todo lo que quería saber. Todo lo que era mentira, se lo descubrí. Poco a poco, mientras avanzaba la conversación, mejoraba su cara. Pero no sólo mejoró eso. Mejoró todo. Nuestra relación, nuestra forma de pensar, nos unió. Y nunca olvidaré las varias charlas profundas que tuvimos a lo largo y nos unió cada vez más. Luego, el final, ya es conocido.
3. Siempre hipnotizado
Uno de los problemas que he tenido desde siempre ha sido el engatusar femenino… Hay chicas que me han tenido a sus pies, sólo para ellas y porque lo han buscado. Y esto llega a ser error cuando le incluyes a un chico que, si lo buscas, lo tienes.
Hay chicas que buscan seguridad, tener una vida en forma de airbag cerca de ella. Cogen a un chico, principalmente bueno con ellas, que les trate bien y que disfruten de su compañía. Algunas hasta flirtean algo para que el chico quede algo prendado por ella. Esto es fácil, si eres la parte femenina. Si eres el chico… Sufres. Bastante. Te haces ilusiones, te cuenta cosas y te dice sus pensamientos sobre ti. No son imaginaciones nuestras, son palabras dichas, escritas o mostradas. Ni son ilusiones ni son sueños. Son realidades. ¿Y qué puede hacer un alma por evitar estos ataques directos? ¿Y si son recíprocos y no lo puedes evitar? Sólo te queda esperar, llorar u olvidar. Y no han sido ni una, ni dos en mi vida, han sido varias… Puedo prometer y prometo que no son imaginaciones, que tengo pruebas por muchos lados, de muchas formas pero nunca las utilizaré. ¡¡¡Y qué más da!!! La persona que promete pero no realiza se llama sueño y la que cumple se llama realidad. No me importa que lo hagan, hago caso omiso, algún día se cansarán, se hartaran y seguiré siendo yo. Puedo aprovecharme?? Si. ¿Quiero? No, ni me hace falta. Puede que sí, que algún día lo haga, que coja el clavo ardiendo y diga holaaa, ¿ahora qué? Y me reiré tan fuerte que me escucharéis. Último error de mi vida: enamorarme fácilmente si le das fuego a este árbol seco. Pero poco a poco es como si fuera un árbol pequeño, con ramas verdes. Me cuesta más y me alegro. Así, si alguien me quiere, se lo currará, lo hará porque quiere el producto entero y no el prototipo. Disfrutar del frasco y no de la muestra gratuita.