Parafina.

Todo está en parte y completamente en ruina,

puede que el león aún siga pensando en la espina.

Como cada día en la rutina de su bailarina,

uno aprende de que todo siempre está en la disciplina.

Podemos echar viento, marea y cortinas,

pero siempre estará la musa tirándose a la piscina.

Todo está a un paso del vuelo de una golondrina,

aunque no vemos nada por nuestra neblina.

Esta actitud es como es; mortal en mente, siendo dañina,

pensando que ciertas cosas acaban fácil en una guillotina.

Una vez más, mi mente vuela como surcando en tirolina,

disfrutando del tacto de tu mapa en lengua femenina.

Aún escucho con gran disimulo y oculto a esa cantarina,

voz y voto que hice en aquel paseo de la ciudad granadina.

Y es que todo lo que vivo y muero como bacteria es de toxina:

me curo, caigo, me levanto y pienso que sólo era una llantina.

Ocurre todo como agua y aguamarina sera la morfina,

correrá como lo hizo con pasos de pequeña felina.

A veces, prefieres perder tiempo en encontrar a la asesina,

otras veces quieres estar con la chiquitina.

Cristales de autobuses con imágenes clavadas en la retina,

donde no había claridad, pero si la verdad era cristalina.

Creo que otra vez me he cargado el diccionario

en esta costumbre ya familiar que hago a diario…