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Si lees esto, es que has sido inteligente, astuto o constante. Si ha sido de casualidad o intencionado, te doy las gracias por volver.

La aventura nos llevó aquí, a un salto atrás o adelante en un libro imaginario. Puede que por golpe de gracia o suerte, aquella frase que escribió ese amigo presente me diera la idea perfecta o el momento más triste. De esto va las visiones: de si o no, de va o viene, de arriba o abajo… de dualidad dubitativa.

De que a lo largo de la aventura, me han intentado hundir, pero no ha podido con este guerrero incansable. Que han puesto excusas de que tengo experiencia ganada en este juego de rol y yo sólo he demostrado que sólo tengo aguante y paciencia. Demostrado todo aquel farsante de la sala, he salido victorioso y apoyado por el pueblo emergente y fortalecido en la unión más simple.

Demostrar que puedo conseguir el mayor grado ha sido gratificante para uno mismo. Puede que quisiera algo de apoyo, algo de felicitación por parte de mis guardianes. Pero me doy cuenta que no se puede vivir de limosnas, que hay que hacer acueducto de uno mismo y dejar fluir las emociones para poder disfrutarlas, que ya llegarán las necesidades no ficticias.

Hay aventuras que nos han costado vida y fuego para poder lograrlas. Puedo mentir y decir que ha sido difícil, puedo decir la verdad y que ha sido un golpe de suerte. Una de dos conseguidas. Un camino de rosas con sus espinas. Expertos que dan el golpecito en la espalda y sólo puedes sonreír de lo que queda en tu interior.

Estabilidad conseguida, algún rumbo y ocupación que permite pasar los días en una tranquilidad envidiable. Pero la paz no está entre las metas. Ahora ocupo mi tiempo en el que las recompensas no son la panacea, pero añade un toque de sal. Tiempo ocupado que deseo libre y, cuando esté en libertad, desearé estar ocupado de nuevo. Cosas de la vida, supongo.

Ahora es cuando la vida me sobra; por no decir tiempo e imaginación. Hasta mis voces cercanas me dicen que por qué voy a los lugares de misiones acabadas si ya no queda nada. Creen que dejé la cabeza allí a donde los llevé o donde moriré. Supongo que ahora vivo en otro mundo menos real que éste. Aunque digan que nunca fue real lo recordado.

Me es difícil controlarme. De impedirme a hacer aquello que deseo realizar. De intentar revivir mi esencia enfrascando todo lo que encuentre de mi ser. Cerrar para abrir, abrir para cerrar. Sin lógica aparente, pero no me sirvió en todo este tiempo hacer lo contrario. Ojalá todo fuera más simple en sentido de, lo que uno desea, se cumple hasta un infinito donde no haya futuro. Presente continuo.

Tanta aventura tirado en una cama contando estrellas no se olvida tan fácilmente. Ni leyendo ni escuchando se olvida uno de nada. Los desayunos a la hora de casi la cena tampoco ayudaban a continuar, pero daban vida a nuestras exigencias. Palabras secretas con risas instantáneas. Guiños de ñoñas niñerías que pocos leían en idiomas encriptados. Todo un mundo al alcance de dos almas.

Mi aventura no avanza porque me falta eso que siempre quise. Cuando tienes algo que te completa hasta niveles jamás alcanzados… no es fácil continuar por el camino. Sabes que irás día tras día a aquel parque para ver las flores, cambiarás tu ruta para pasar aunque implique andar y perder el tiempo. Para ti será la inversión de los mensajes.

Y me es más fácil escribir para echarte de menos que de intentar hablar por qué debo de estar feliz en estos momentos. Puede que yo haya cambiado o que esta sea mi misión actual: fingir lo que no soy, lo que no siento y lo que no quiero decir para poder aprender lo que no quiero saber desde hace mucho tiempo. Hoy pido un poco de alma que no calma porque paciencia me sobra.

Será porque de verdad me has importado como jamás alguien me importó en mi vida de estupideces y fallos. Y quien dice importar, dice cientos de verbos ocultos por todos esos textos en los que escondí la verdad, pero decía sólo por necesidad. No había necesidad de escribir… No sabes lo mucho que me daña escribir, aunque me encante.

He aprendido a reventar mi propia burbuja. Tengo que aprender a que todo desapareció, a que jamás será lo que fue aunque se mostrara una vez más. Fallo mío por tener mi locura permanente. Me arrepiento de tantas cosas… pero no me arrepiento de ni un sólo día. Por querer quiero hasta más, pero hay que saber rendirse.

No sé si llego a hacer esto a tiempo. Sé que a mi tiempo he fallado constantemente. Hay que recobrar fuerzas, respirar y lanzarse de nuevo al vacío a esperar. Es lo mejor que se puede hacer. Y aquel amigo me recuerda la frase que le dije mil veces el primer día… y lo acertado que estuve cada vez que la dije.

Mi error es creer. Siempre he fallado cuando he dejado de dudar. Cuando bajo la guardia e intento salir de la alarma constante de mi cabeza. Supongo que si quiero que algo salga bien, será con la tensión por las nubes y con las uñas desgastadas de clavarlas en arena y tierra. Artista que no pinta nada en tu lienzo, por eso desaparece del museo.

Espero que esté todo mejor en tu ventana que mi azotea. Porque siempre te desearé todo lo mejor, nunca dudé en no hacerlo. Siempre en un hueco de mi aventura, escondida en mi documentación sin rumbo. Estará la sombra porque es difícil ocultar algo simple. Mentiré un poco más aunque sé que no te gusta. Pero ya es lo único que me queda hasta que vea la luz una vez más.

La aventura del libro acaba aquí hasta el siguiente.