Parada de bus.

ATENCIÓN: ES UNA ENTRADA DE RABIA. NO LA OCULTO PORQUE QUIERO MOSTRAR TODO LO QUE ESCRIBO, SEA RABIA O ACEPTABLE. INTENTO AHORRARTE UN TIEMPO DE TU VIDA. ALLÁ TÚ CON LA DECISIÓN QUE TOMES ADELANTE. 

Debido a mi escasez de buena suerte en esta época, puede que me sienta algo desaparecido en cuanto a todo. Últimamente sólo hago pensar en cualquier cosa y sacar algún símil  alguna historia con la que comparar algo. Algo que me hace pensar mejor, algo que me ayuda a algo que supuestamente me hace falta pero en absoluto necesito. Algo. Algo. He pensado en las cosas que digo, pienso y hago. Y, últimamente, necesito parar, pensar y actuar. Cosa que nunca he hecho, siempre he sido impulsivo, curioso y sin miedo. He seguido adelante, he esperado y he realizado mis pensamientos. Pero ahora creo que he llegado a mi parada de bus. Espero a mi línea. Pasará pronto. Observo la gente pasar, sonrío a alguna que otra persona, me fijo en los detalles de algunas personas. Otras pasan desapercibidas, ellas de mi y yo de ellas. Sonrío  soy feliz, esperando a mi bus, sólo sé que ya queda poco y que, por seguro, vendrá. Sentado, converso, interactúo con las personas que se me acercan y mantengo un contacto porque disfruto con ello. Sólo espero el bus, dado que es el único que me llega justo a mi camino. Como era de esperar, la gente va poco a poco cogiendo el bus que le ha sido predestinado. Y aquí está el punto en el que espero yo solo, aquí, sentado, disfrutando el sol que irradia con fuerza sobre un día claro, sin oscuridad, sin nubes que eviten que sea maravilloso. Pero alto… ¿qué es eso? ¿Cómo que tengo que esperar al mismo y único autobús para llegar a mi destino? ¡JAMÁS! ¡NO PERMITIRÉ ESO! No quiero esperar, quiero seguir, andar y sin parar un instante para pensar. Quiero divertirme, amar, jugar, odiar, pelear, disfrutar, amargar, destrozar y construir algo que no me deje como un simple mortal. Quiero moverme, descubrir, idear, pensar y organizar la historia de mi vida, no voy a dejar que se organice con cualquier estándar que se os ocurra vivir. No. Ahora mismo me levanto de este asiento de hierro, estoy harto de pensar “llegará, llegará mi bus y sé que lo hará”. ¿Por qué no pensar en otra alternativa? Me giro hacia el mapa de líneas, lo veo. Ahora lo veo. No solo hay un bus, no sólo hay una manera. Hay cientos, miles, millones de posibilidades, historias y momentos. ¿Y yo debo de esperar a que venga sólo una? ¿Hacer caso del conductor que me dijo que sería lo mejor, que sería lo más idóneo de hacer y que sería mejor para el bien común? ¿Debería de hacer caso a alguien que no conozco? ¿Dejarme convencer por alguien que ha estado trabajando siempre en la misma materia? ¿En seguir el consejo de alguien que sólo sabe lo que funciona y ya está? ¿De alguien que sólo piensa eso para que sea más fácil su camino? ¿De alguien que te dice esas cosas sólo porque es la forma más rápida de que dejes de hablar? ¡NO! Yo digo basta. Basta de creer las historias que nos cuentan personas que no quieren pensar. Quieren tener un ideal y no avanzar jamás. Pues yo no quiero. Basta. Se acabó de vivir de las palabras de los demás. Voy a vivir de mi propio cuento, de mis propias ideas y de mis propias decisiones. Se acabó creer las palabras que nos convencen a primera vista, se acabó pensar que sólo hay un camino. Un mapa existe por lo que existe, porque hay miles de caminos a miles de destinos. Hoy miro el mapa y ya no veo sólo una linea con dos puntos, mi punto de partida y mi punto de destino. Hoy veo un mundo completo de líneas, en la que cada una hay cientos puntos, miles de paradas, miles de momentos que no me voy a perder. Y hoy no cojo el bus de siempre, hoy no esperaré más al mismo bus, hoy no haré caso al conductor. Hoy, creo mi nueva ruta. Hoy creo mi nueva vida. Hoy enmiendo mi tercer error.