No puedo dormir. Estoy muy cansado pero mi mente no para. Necesito hacer algo con mi último aliento del día. Puede que así tenga la paz interior que necesita Morfeo para venir a por mi. Cojo los auriculares, pongo la música y asi callo el ruido del ventilador, casi mudo ya por estar 24 horas al día sonando a mi lado, aun así lo noto.
Pongo la música, la voz de Alexi Laiho en “Rebel Yell” relaja y tranquiliza. Le bajo el volumen, no quiero despertarme de este mini sueño que tengo. Pienso que no estoy despierto, que es un sueño lúcido, que ahora mismo controlo todo lo que sueño pero no todo lo que quiero.
Echo de menos tantas cosas: paseo por mi pueblo de noche, como solíamos hacer, todos juntos, sonriendo, disfrutando, riendo y peleando cada noche, disfrutando todos juntos, sin importar la hora o el cansancio. Ahora nuestros caminos divididos hacen que sea vea muy distante todas esas situaciones. Visito la playa de noche, ahora la disfruto mucho más de lo que nunca llegué a disfrutarla. Admiro lo que contiene, he empezado hasta aprender de qué se componen y dónde debo de mirar. El cielo desde la costa nunca estuvo tan magnífico… Oscuro, claro y luminoso. Que desde el paseo digas que ya no hay cielo para nosotros pero la cuesta de la playa te abre a ese mundo oculto por una contaminación lumínica ya conocida.
Echo de menos a muchas personas que me han formado tal y como soy, que durante mi vida me han cuidado y moldeado entre sus brazos, entre sus pensamientos, entre sus risas. Esa gente con la que yo sonreía cada vez que los veía por la calle, que gritaba si las veía en cualquier situación. Es la alegría certera que me provocaban, eran la parte de mi ser que más me gustaba de mi, mi gente. Tan cerca y a la vez tan lejos… Esa periodista no tergiversó demasiado las palabras, si lo miras desde mi punto de vista.
Echo de menos la figura que antes formaba parte de mi vida. La que me cuidaba y podía sentir, contar cualquier cosa y decirme que estaba allí, que ya no tenía que preocuparme. También echo de menos esa persona, la que me ha cuidado tan bien, pensar que es como si fuera a ser destruida me quema por dentro. Somos egoístas, queremos todo hasta cuando no lo utilizamos. Debería aprovechar un poco más el tiempo, ya que queda menos de lo que parece. Los estudios deben de salir pero me escaparia por un abrazo más.
Deseo que todo fuera mejor entre nosotros, entre nuestro afecto, nos gustamos, nos queremos pero todo parece tan imposible, tan lejano… Y creo que no sé si lo sabes pero yo me estoy enamorando de tu ser, de ti, no paro de pensar en ti, aunque no te hable, aunque pienses que ya me he olvidado de ti. Ahora mismo, eres lo mejor que me ha pasado, me pasa y me pasará jamás. Ha sido una curación, algo que jamás olvidaré. Eres lo que siempre necesitaré. Y si algún día consigo tenerte, se me grabará a fuego en la piel. Y si algún día puedo encontrar a alguien como tú, estaré muerto ya que no hay nadie como tú pero todavía sueño contigo, a pesar de saber todo lo que me gustaría olvidar. No te olvido, lucho, no me rindo, ¿sabes?, no tengo ganas de abandonar tan fácilmente. Quien sabe si algún día te hago cambiar de opinión. O si algún día consigues tú cambiarme de pensar…
Necesito un día con los mios, con los que me importa gastar lo que gaste con tal de estar un rato con ellos, disfrutar, vivir y soñar junto a ellos… Son mi vida, a pesar de que ya no os cuide tanto como lo hacía antes, os quiero, mis amigos, perdonadme por haberlos descuidado tanto… No soy perfecto, tengo que fallar de vez en cuando pero os sigo apreciando… Demasiado…
Aquí acabo, muerto, con desvaríos mentales, diciendo lo que pienso y publicandolo en Internet. Es algo que alguien debería aplaudir. En mi cara, a dos manos. Cuidaros.