Nota del autor:
Quizás debí escribir estos textos separados uno de otro pero no me sentí con demasiada fuerza para escribir textos largos, sólo quería soltar un poquito de rabia en mis palabras de miel.
Vivo en un presente donde el tiempo juega conmigo, ya sea el pasado cierto o el futuro desconocido. Podría desconectar de todo fácilmente desapareciendo de donde se me conoce, de donde se me proclama o llama. Es fácil. Demasiado fácil. Por eso no lo hago. No soy cobarde, no huyo ante nada y sólo tengo miedo cuando sé que el dolor es seguro y próximo a mi ser. Pero…¿Por qué? ¿Por qué mi mente quiere volver a estar cuerda y segura con mi corazón? Es algo que no entenderé. Mi corazón dijo se acabó hace tiempo y mi mente estaba de acuerdo pero esa es, desde ahora, mi conexión real, la que vivo en vida. Pero luego aparece la conexión recurrente… La conexión recurrente que me recuerda que todavía necesito para alimentarme o sobrevivir en el mundo real, algo que necesito para ser tal y como soy. Pero sé que no es posible, ya no es real, sólo son sueños recurrentes y que mi mente quiere recordar o inventar nuevos para ser feliz otra vez. Supongo que fue demasiada felicidad durante tanto tiempo. A no ser que mi futuro desconocido quiera jugar. Que me libre de todo pero ese futuro, al que me aferro, al que me quiero unir es incierto. Ilusiones, cuentos, sueños… son cosas que tienen algo en común. No son reales. E intento evadirme en ese futuro, futuro que no tengo nada cierto, que sólo tengo palabras bonitas, sentimientos vanos y promesas que no son posibles de cumplir en mi persona. ¡Oh, futuro incierto! Deja de jugar con este triste corazón que no busca ilusiones, busca fuerzas, busca cabos donde atarse y anclar. No permitas o prometas cosas que podrás cumplir… Puede que explote, puede que me destruya pero todo esto me hunde más. Supongo que anhelo todos los domingos de invierno que pasé con ella, puede que busque unos nuevos días de descanso. Sólo tengo que aguantar un poco más…