No hay momento de escribir.

Empiezo a crear una nueva publicación, incluyo título y empiezo a escribir, a dejar que mi imaginación extienda cualquier mínimo detalle que pueda leer en ese título, que llene estos huecos blancos que necesitan letras de esperanza, de amor, de tristeza, de motivación, de algo que pueda dar sentido a algo, a una idea, a un sentimiento o a un gesto. Comienzo a escribir pero no llegan las palabras, quiero creer en algo pero no puedo ni imaginarlo, puede que esté apagado, puede que esté desestabilizado, puede que las mentes insensatas hayan corrompido cualquier texto que pudiera crear en un futuro. Pienso, respiro y recapacito… ¿Qué escribo? ¿Qué quiero expresar en estos momentos? Quiero escribir de tantas cosas, de tantos hechos, de tantas ocasiones pero me veo atascado en un mundo de paradas, de advertencias que mi mente quiere dar a conocer, que avisa de que no será buen momento de escribir eso, de que eso puede ser algo mortífero en manos de los humanos, algo que se puede volver en mi contra y no poder sentir más de lo querido, de lo deseado. Sabiendo que pueden darme arena de desayuno, no puedo esperar a que mis errores sean arreglados después de ser publicados. Por eso, recapacito, pienso y me cuesta escribir.

Puede que últimamente me hayan hecho demasiada objetividad en mis palabras, puede que esté en mi mejor momento y escriba las frases más tristes de mi boca, puede que esté hundido en la miseria, arrastrado a lo oscuro pero mis deseos crecen y sólo quieren expresar las cosas más bonitas que puede escribir este simple mortal. Me cuesta escribir porque antes no se me consideraba algo al que leer para considerar y reflexionar sobre mi mente y mi sentimiento, puede que antes pensara que estas palabras era solo una mera diversión de mentes, textos que creaba, disfrutaba escribiendo y luego viendo cómo la gente sonreía sobre los textos, se peleaban por sus propias interpretaciones y discutían por mi creación. Ahora mis textos son tomados en consideración, mis textos son extrapolados, descifran cualquier mensaje, desactivan cualquier modificación que pueda hacerle. Es increíble la capacidad de asimilar cosas que no tienen que ver pero pueden acertar en cierto modo. Sé que mis textos están basados en mi propia experiencias, sé que puedo modificar recuerdos y crear nuevos eventos pero, al final, siempre son momentos míos… Sentimientos, pensamientos, deseos y latidos del corazón que expreso e intercambio ideas con mis textos.
Creo que no puedo escribir fácilmente en estos momentos de conexión instantánea de personas. Sé que puedo escribir mejor algo que no publicaré a algo que escribo directamente sobre los medios que me permite este servicio. No dejaré que nada apague mis letras, daré todo lo mejor de mi creatividad, avanzo y mejoro con vuestras vidas, con vuestras lecturas. Quiero, deseo y progreso. Son mis palabras para la creación de cualquier texto. ¿Necesitaré ayuda para crear nuevas ideas? Puede que sí, que la necesite. O puede que, en realidad, toda la idea de bloqueo que tengo sea una mera idea frágil que, cuanto me de cuenta de lo que me impide, desaparezca. Sólo quiero volver a escribir como siempre. Imploro a la deidad que quiera apiadarse de esta mente inquieta que libere de las cadenas que están oprimiendo a esta mente. Las ideas quieren fluir pero los conductos están bloqueados. Nunca olvidéis que para ser uno mismo, el ser tiene que estar libre.