Lugares.

Lugares. De esos que te sientes en casa o  te sientes fuera de lugar.
Cualquier lugar donde estés lejos de lo que es el lugar al que perteneces. De esos lugares en los que te gusta estar pero no quieres quedarte para siempre. En esos lugares donde el desconocido llega a conocido y el amigo puede llegar a enemigo. El lugar que nosotros decidimos estar.

En esos lugares son los que se me ha cuestionado mi pensamiento. En los que resonaban frases sin sentido: ¿Qué haces? ¿Por qué pones esa cara? ¿Con quién hablas por el móvil? ¿Así que haces eso? ¡Deja lo que estés haciendo y diviértete! ¡No me puedo creer que seas así! ¡Y parecías más formal y estas haciendo estas cosas! ¡Que diferente se ven las cosas cuando conoces la verdad!

Y el mundo se cree conocerme pero no sabe nada de mi. Sus juicios de valor se quedan en simples denuncias encerradas en un cajón triste de algún almacén del juzgado. Creen saberlo todo pero en realidad aún no han llenado su propio vaso.

Querían que dejara de pensar en lo que eras para mi, querían que no pensara en ti, que me pusiera ‘manos a la obra’ en el momento que nadie necesitaba mi atención. Por pensar un segundo en ti, coger el teléfono y decirte hola. Y fue cuando quisieron quitarme mi ser. Quisieron cambiarme. Me dijeron que la cabeza está para pensar y no para perder el tiempo con tonterías. Ellos sabían ya del tema, no les hacía falta para explicarme algo que no entendían. Me decían que el amor era una mierda. Que ellos sabían que era estar prendado por unos ojos lindos y una sonrisa encantadora. Que la distancia era un cuento y ellos tenían una biblioteca por delante. Que hacían locuras, les daba igual el dinero, la salud o la felicidad. Que perseguían sus sueños. Que no tuviera más momentos así.

Y lo más importante de su discurso mono temático es que su final estaba escrito y lo sabía. Y sólo era confirmarlo. Ellos eran como yo. Iban a viajar miles de kilómetros por lo mismo que tengo yo a pasos. Iban a luchar por algo que no sabían qué era pero era lo mismo que lo mio mirado desde otra perspectiva. ¿Y quién eran ellos para tener sus propios sueños y arrebatarme el mio? ¿Y esos eran los amigos que querían que me divirtiera?

Lo sé. Lo soy. Lo seré. Y si siento algo por ti, te lo diré. Y si quiero enseñarte algo porque estoy contento y sé que te gustará, lo haré. Si quiero recorrer el mundo entero sólo para encontrarte en un sueño, lo haré. Y si me lo impiden, dará igual, mis fuerzas se mantendrán, al igual que la marea en contra de la madera, poco a poco me filtraré entre esas barreras y cederá la madera si es frágil, o cederán las grietas por las que quiero adentrarme. Y lo haré. ¿Por qué? Porque sé que quiero hacerlo. Porque al hacerlo seré feliz. Y cuando sea feliz, es cuando podré hacerte feliz a ti.

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