Un día, un amigo me dijo que el daño psicológico es el peor daño que nos podemos hacer uno mismo pero, a la vez, es la prueba más dura y más fortalecedora que podemos intentar pasar. Y digo intentar porque no todos lo consiguen, siempre tiene que haber diferentes direcciones y, en todo caso, la gente tiene que fallar, es su destino. ¿Y los que consiguen pasar? No consiguen nada, sólo tener ese galardón imaginario que se piensan que es lo mejor, que dicen que ya no se puede sufrir más, y ser a prueba de cualquier pensamiento que destruya cualquier cosa, puede que tengan razón pero también tienen elegidos sus destinos, pueden fallar después de haber logrado ese estado. Pero, ¿y los que están todavía luchando? Cada día, al despertar, les llega el pensamiento enemigo, al que intentan vencer y su espíritu no es de lucha, es de pasividad, de decir que no quiere pensar en ello. Busca algo para evadirse, piensa cómo hace las cosas más rutinarias, sin emoción alguna para evadirlo. El problema persiste, el humano desiste. No hay lucha, este ser es sumiso a cualquier daño, ya que este problema lo ha colapsado, lo ha inutilizado y se ha penetrado por cualquier carril de información de su cuerpo. El problema lo ha desarmado. Pero el ser sigue adelante, no para, no se hunde, no se esconde donde los otros puedan observarlo. Piensa, ¿qué es esto? ¿a qué se debe? ¿por qué me siento así? ¿por qué sufro? y su mente no le da respuesta, sólo el silencio del entorno le da un golpe de despertar para que deje de pensar. Algo que no tiene sentido, le habla. El silencio. ¿Qué se esconde tras él? Nada. Es su propia mente, intenta despertarle del letargo del problema. Está intentando arañar la superficie creada por el problema para que despierte, para que mueva ficha, no para que espere a que le despierten, tú eres tu propio despertador, no pienses más el por qué o el qué, piensa en el cuándo y que ese cuando sea ¿cuándo voy a despertar? y que tú mismo, sin pensar ni esperar digas YA. Sin miedo, hay suelo, puedes caminar y, si no hay firme suelo en el que pisar, deberás de crear, es tu sueño como persona, seguir adelante, lo que siempre te lleva a ser fuerte. No lo dudes, escucha el silencio.