Porque a estas horas no me permiten correr por el único espacio que me puede pertenecer en esta vida, me dedico a mirar de lado a lado. Ya no se me ocurre qué hacer, gritar no está escuchado ni desde las plateas más acústicas. Ya solo me queda intentar ordenar lo poco que me queda. Como siempre, nunca se espera que diga las cosas claras, será porque soy un misterio o porque nunca he sido abierto ni siquiera en el campo. Las pocas veces que lo han vivido pocas personas ha sido para ellos un sueño y para mi un desperdicio a fondo descubierto.
Puedo buscar recompensa en los mayores momentos, pero sé que jamás obtendré nada esperando al beneficio que se crea cuando cierras los ojos, contando los segundos, esperando los días. Es muy fácil decir que la culpa es mía debido a todos. Es muy fácil cerrar la boca y no probar a sufrir. A equivocarse por intentarlo. A quemarse por intentar enfriar las cosas. Es fácil tirarse al precipicio, pero es imposible volver a atrás. No es como si las historias se fueran a gastar por contarlas, pero somos egoístas.
No pediré perdón por ser lo que soy, ni lo haré nunca. A pesar de darme cuenta que he perdido todo lo mejor, ahora soy así. Si tengo que cambiar, cambiaré, pero cuando resbale el hielo y no porque se afilen las cuchillas. Las cosas serán como digan la calma del despertar. No puedo pedir que me entiendan, pero tampoco permitiré que me digan que no puedo callar cuando la rabia está en mi puño.
No es fácil ver cómo el inicio de mi pasión se cae a trozos y no puedo evitarlo. No es fácil ver cómo no puedes arreglarlo y piensas en reemplazarlo, buscando entre horas y multitudes… sabiendo que es imposible reemplazarlo, ya sea por dinero o por sentimiento. Era y será bella, pero está muriendo lentamente sin poder hacer nada.
No es fácil ver cómo se ríen los bancos que no sirven para estar sentados porque no has tenido vida y ni la tendrás en un par de días. Porque los inertes no tienen sentimientos, pero bien saben clavar y rechazar cualquier cosa evidente. Puedo entender que son egoístas y que jamás arriesgarán, son lo más parecido a la muerte porque ganarán antes, pero no siempre. Es duro perder otra esperanza.
No es fácil ver cómo pasa el tiempo y no puedes creer las personas que se han ido y jamás volverán. Ahora viven a otro nivel, donde no hay luz y descansan del ruido de los coches en la ciudad extrema. Han pertenecido a mi vida desde que los conocí, válgame la tontería que he dicho, pero solo me entienden ellos. Que no leen, pero sienten algo. Eso espero. Porque me han hecho mejor y peor con lo que me han enseñado. Sabiendo que jamás podré olvidar algo de ellos, puedo ser fuerte ahora por todos. A pesar de mi mala memoria, a pesar de mi mirada caída esperando.
No esperen de mi estar siempre disponible si nunca lo estuve. Mi cobertura fallará siempre que me haga falta. Pareceré que soy un conector fijo, pero prefiero caerme que mantenerme a vuestra merced de comunicación perpetua. Que si los ingleses y sus tijeras pueden inventarse que en diciembre hay fiestas, yo puedo inventarme que vivo por y para la desconexión, no habrá alta disponibilidad en este rincón. Pero sí estaré cuando sé que puedo estar. Al fin y al cabo, siempre es a los 5 minutos. Uno es fuerte, pero no aguanta la compostura.
Todo el sueño que tengo jamás me deja dormir por las noches. Sí, cambio de tema por la tranquilidad de haberlo soltado todo. Sé que he dicho mucho que jamás se leerá por dejarlo y olvidarlo en otro de los muchos cuadernos. Cuantas veces me he dejado en ridículo por contradecirme con estas palabras y aquellas. Como si fuera un pájaro con dos nidos. Y lo mejor de todo es que no hará falta desmostrarlo, ya os lo sirvo yo en bandeja.
Es difícil dormir cuando sabes que en ese momento es cuando más hablarás contigo mismo o con lo que queda de esperanza. Lúcido no es nadie comparado con las charlas que ocurren cuando caigo sin energías. El calor no ayuda y mis ganas de explotar a contar cosas son dos armas listas para disparar. No me ayudan los pocos muros que tengo alrededor por estar fresco el cemento o por jóvenes cimientos. Negaré rotundamente que el fuego sea la opción más viable, soy más listo que eso. Supongo que cuando dejé de hacer el imbécil fue cuando me perdí.
Continuidad. Como si yo conociera eso. Si no, este mismo sitio es la mejor descripción gráfica. “Estaré más a menudo”, “haré todo lo posible” y “me conectaré para que funcione” serán las mentiras más gordas. Administrarse cuando los médicos se meten por medio es algo interesante. Siempre habrá más de una dosis para que el loco siga cuerdo y cuerda no ahogue al loco.